Shalakabula
Había
una vez en un país muy muy lejano un pequeño pueblo que se llamaba Shalakabula. Shalakabula
no era un pueblo como las demás. Shalakabula era especial, algunos de sus
habitantes, la mayoría, eran magos.
En este pueblo tan lejano reinaba el Rey Bob. Bob estaba casado con la mujer más guapa
del reino. Eran la pareja perfecta de enamorados, y eran queridos por todo el
pueblo. Lo único que les faltaba para que su amor fuera perfecto era tener una
niña.
Pasaron
los meses y la reina se quedó embarazada. Era tan grande la emoción que se hizo
una gran celebración en todo el reino. Pasados los 9 meses nació la pequeña
Emil. Emil fue creciendo en palacio junto a su madre y a su padre. Era una niña
feliz de enormes ojos azules y cabellos negros.
Pero
un mal día de Diciembre la Reina se puso muy enferma cuando estaba elaborando una pócima. Viendo que le quedaba poco tiempo hizo llamar a su hija. La reina le
dijo a su hija que no aguantaría mucho más, y que estaba muy orgullosa de
ella y en lo que se había convertido. Entre lágrimas y el último suspiro de la
reina, apareció en la mano de Emil un colgante donde colgaba una varita mágica y un libro.
Al
pesar de que Bob quería mucho a su hija y estaba muy triste por la muerte de su esposa, necesitaba un hijo varón para que le
sucediera en el trono y que supiera de magia para poder gobernar el reino como se merecía. Pero tras la muerte de su mujer necesitaba buscar a otra
reina. Esto no fue fácil para él pues no veía a ninguna igual de guapa y de
perfecta que su mujer. Al final, pasaron los años y el Rey se casó con la
hechicera del pueblo.
La
hechicera no era muy querida por el pueblo. Desde que ella estaba en palacio
las cosas iban peor en la ciudad, había más pobreza y lo poco que ganaban los magos iba destinado a palacio. Lacrue que así era como se llamaba la
hechicera no soportaba a Emil, ya que Emil intentaba por todos los medios que
su padre se separara de Lacrue. Lacrue cansada ya de Emil la hizo un conjuro de
la obediencia. Este hechizo consistía en que Emil tenía que obedecer todas las
órdenes que le mandasen, sin poder hacer nada para remediarlo.
Todas
las órdenes que Lacrue le mandaba a Emil eran malas, siempre le decía que hiciese
cosas como insultar a la gente que trabajaba en palacio, o ensuciar todo
e incluso robar a su propio padre.
Así
pasaban los días de Emil. Así que una mañana, Emil ya cansada de todo aquello,
decidió salir de palacio para encontrar a un gran mago que pudiera quitarle
aquella maldición de su madrastra. Emil salió de palacio sin decir nada a
nadie, porque Lacrue le había dado la orden de que no podía hablar con nadie
que viviese allí en palacio.
Lacrue
cuando se enteró pensó que Emil cansada de su hechizo no volvería más a palacio
por lo que le dijo al Rey Bob que su hija había desaparecido y que se la
encontraron muerta en el bosque.
Mientras
tanto Emil paseaba por los bosques de Shalakabula. Por el camino, Emil se hizo
amiga de un duende pequeñito y muy simpático que había salido de su aldea en busca de aventuras. Emil le contó a Monk, que así era
como se llamaba el duende, todo lo que
sucedía y que se encontraba por allí en busca de un mago que pudiera quitarla
aquella maldición de su madrastra. Al contarle esto Monk decidió acompañar a la
princesa en su viaje.
Pasaron
días y días en busca de un mago que pudiera quitarle la maldición, pero ni uno
era lo suficientemente bueno como para solucionar su problema. Un día, cuando
seguían caminando Emil y Monk se encontraron con tres grandes ogros, de casi
dos metros y medio de altura, nariz gordota y unos dientes muy feos muy feos.
Los ogros secuestraron a Emil y Monk, con la intención de cocinarlos en una gran olla que allí tenían, pero de
repente aparecieron 7 grandes caballeros a cada cuál mas guapo a lomos de sus escobas mágicas.
Después
de una pequeña lucha con los ogros liberaron a Emil y Monk. El más pequeño de
los 7 hermanos les preguntó a Emil y Monk que qué hacían por allí solos, que
estas tierras se habían vuelto muy peligrosas desde hacía un tiempo. Emil les
dijo que no tenían donde quedarse que desde hacía un tiempo iban dando tumbos
por el bosque. Al oír esto los hermanos se reunieron para hablar del tema y
finalmente decidieron que Emil y su amigo se podrían quedar con ellos en su
cabaña mágica del bosque a cambio de que ella y Monk les ayudase en sus tareas. Emil estaba tan contenta que no sabía como iba a agradecerles todo lo
que hacían por ellos.
Esa
misma noche se preparó una gran cena en la cabaña para los nuevos inquilinos.
Durante la cena Emil les contó a los 7 hermanos porque se encontraba por el
bosque y porque llevaba días dando tumbos. Al terminar de contar la historia
uno de los hermanos, el más mayor, le dijo que él había sido un gran mago pero
que hacía mucho tiempo que no ejercía y que necesitaría un tiempo para encontrar
la solución a su problema, pero que estaba seguro que antes o después la
encontraría. Al terminar de cenar, Monk les preguntó a los hermanos que a qué
se dedicaban ellos. Jul que así era como se llamaba el más pequeño, les dijo
que antes vivían de la tienda de magia que tenían en la ciudad donde vendía
libros de hechizos, pócimas, varitas mágicas, etcétera, y que también tenían una
pequeña escuela de magia donde Huuk, su hermano mayor, y él daban clase a los más
pequeño de la ciudad, pero que desde que Lacrue estaba en palacio todo iba mal.
Lacrue había prohibido a todo el mundo que utilizara sus poderes y que una cuarta parte de lo
que ganasen los habitantes de Shalakabula tendría que ir destinado para ella.
Jul continúo contando y les dijo que desde que todo aquellos ocurría en Shalakabula
que salían casi todas las noches a robar comida de los jardines de palacio para
dárselo a los más pobres.
Emil
no podía creer todo lo que estaba escuchando y lo engañada que los tenía Lacrue, haciéndoles creer que todo estaba bien. Emil
les dijo que le ayudaría en todo lo posible pero que hasta que no le quitasen
la maldición no podría ir a palacio a hablar con su padre. Monk mientras les
dijo que podrían contar con él para ayudar al pueblo y que el podría ayudarles
a curar sus heridas porque el era médico en su aldea y sabía muchos trucos.
Y
así fue como fueron pasando los años con los intentos de Huuk por
quitarle a Emil la maldición, y con los hermanos junto con la ayuda del duende
robando en palacio para ayudar a los más pobres. Pero una mañana llegó Rod, uno
de los hermanos, corriendo y herido a la
cabaña en busca de ayuda y les dijo a los que allí estaban que habían arrestado
a sus otros hermanos que esa noche les había acompañado.
Emil
se puso muy nerviosa al escuchar la noticia porque uno de los que estaban
encerrados era Jul, el hermano del que ella estaba enamorada. Emil le dijo al
más mayor que era ahora o nunca, que necesitaba que le quitase esa maldición para
poder ir a palacio y salvar a sus hermanos y que si hiciera justicia de una
vez. Huuk se concentró, y unos cuentos
polvos por allí, unos cuantos polvos por allá, y patatín patatán la maldición
desapareció. Emil saltó de la emoción
hacia Huuk y le abrazó con todas sus ganas. Y sin perder el tiempo cogió una escoba mágica y fue
volando a palacio.
Emil entró a palacio y se encontró con su padre y Lacrue, esta estaba
paralizada pues pensaba que Emil nunca volvería. Bob no reconocía aún a su
hija. Emil llegó como loca gritando y se dirigió a su padre diciéndole: Papá
soy Emil, tu hija. Tenéis que liberar a
los presos que habéis arrestado esta noche pues ellos lo único que hacen es
ayudar a la ciudad de los castigos de esta bruja que tienes al lado. Bob
asombrado de todo lo que estaba pasando dijo: ¡tienes que tener respeto a la
reina mujercita! Y más respeto aún a mi hija que hace años que falleció. Emil
triste de que su padre no la reconociera, sacó el colgante que su madre le
había dado y se lo enseño diciendo: Papá soy yo Emil, tu hija, ¡mira! Hace
mucho que me fui pero fue por culpa de Lacrue que me tenía bajo sus hechizos y
nunca estuve muerta, te engañó igual que a todos. Lacrue enfadada se levantó y dijo: ¡Bob no la creas! Es
una impostora. Lacrue pensado aún que Emil estaba bajo sus poderes la mando que
se fuera para nunca volver y que se perdiera por el bosque. Al ver que Emil no
obedecía se puso tan furiosa que empezó a gritarla. Bob había reconocido ya a
su hija, y se abalanzó sobre ella y le dio un abrazo con todas sus fuerzas y la
pidió perdón por no haberla reconocido antes y por haber creído a Lacrue.
Finalmente,
los hermanos que estaban arrestados fueron liberados, Lacrue fue encarcelada,
Monk se mudó a palacio y le dieron una medalla honorífica por haber cuidado de
Emil, la ciudad volvió a ser como era antes, una ciudad alegra y divertida en
el que todo el mundo recuperó la vida que tenía antes y lo más importante, los 7 hermanos volvieron a
montar su tienda y su escuela de magia y Emil con la bendición y el permiso de su padre se casó
con Jul, futuro Rey de Shalakabula.
"Shalakabula" es una adaptación de "La doncella y los 7 bandoleros". Esta adaptación va dirigida a niños de 7 u 8 años. Lo que hemos adaptado del cuento ha sido el lugar, ya que la historia está ambientada en un lugar ficticio, en este caso en un lugar cuyos habitantes son magos. Otra de las adaptaciones es a lo que se dedicaban los 7 hermanos que en esta ocasión son vendedores y profesores, también, en la adaptación los hermanos saben desde un principio quién es Emil. En esta adaptación también tiene un papel muy importante Lacrue a la que nombramos varias veces. El resto de variaciones son mínimas y van en relación con la historia que estamos contando, y en cuanto al resto del argumento a permanecido sin variaciones ya que me parecía adecuado dejarlo tal cual estaba.
Está casi perfecto. Falta que expliques qué pretendes conseguir cambiando la ambientación a un mundo mágico. No se trata solo de que a ti te guste más, sino que debes relacionar los cambios con la edad de los lectores.
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